martes, 23 de junio de 2015

Modern Love

Ahora el amor es controlar cuántos condones le quedan a tu novio en el cajón de la mesita de noche. Ahora el amor es regalarle un bukkake por su cumpleaños. Ahora el amor es jurar que no lo habías hecho nunca cada vez que le pones los cuernos. Ahora el amor es perder la perspectiva: resulta tan fácil que una réplica más o menos inocente derive en una foto subida de tono. Planificamos los próximos polvos mucho antes de la ruptura y retransmitimos cada paso. Sí, ahora el amor es tantas cosas que no entiendo... Aquí me siento desubicado, como en una época que no es la mía, pero si tuviera una máquina del tiempo no viajaría al pasado de las cartas románticas, sino al futuro cercano, cuando estos nuevos hippies se cansen de predicar las bondades del amor libre y el poliamor. Como antes nuestros padres, volverán a buscar la estabilidad, la defenderán a capa y espada como si nunca hubieran creído en otra cosa, renegarán de Grindr quienes más lo usaban: “era tan vacío”, dirán, y solo en las tardes aburridas de domingo recordarán aquellas travesuras de juventud como un sueño medio olvidado. Y todos volveremos a estar seguros de que las promesas de amor efímero valen algo. Supongo que la mejor máquina del tiempo es la paciencia.

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